No discurso transcrito em 3 páginas, o líder da seita
cristã-esquerdista não citou nenhuma vez o nome de Jesus Cristo, do qual
Raymundo se diz “pastor de almas” diante do público brasileiro. Com certeza
esse discurso do cardeal globalista é uma vergonha, e segue à risca a lei
imposta na nova Arca da Aliança de Mikhail Gorbachev.
Intervención del Emmo. Sr. Cardenal Raymundo Damasceno
Assis, Arzobispo de Aparecida, Presidente de la Conferencia Nacional de los
Obispos de Brasil (CONIB), Moderador de Religiones por la Paz América Latina y
el Caribe, y Representante del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en la
Sesión Plenaria IV: “Acogiendo al otro a través del desarrollo humano que
respeta la Tierra.”
Queridos hermanos y hermanas
Estoy participando en esta 9na Asamblea Mundial de
Religiones por la Paz en nombre del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), organismo de la Iglesia Católica
que anima y acompaña las 22 Conferencias Episcopales de los 35 países de América Latina y el
Caribe.
Saludo cordialmente cada tradición religiosa representada
por sus delegaciones en esta 9na Asamblea Mundial de Religiones por la Paz.
Esta es, sin duda, una rica experiencia de encuentro, diálogo y convivencia
interreligiosa; una experiencia que fortalece y consolida los caminos que ya
hemos comenzado a recorrer en un ambiente de diálogo, respeto mutuo y
cooperación entre nuestras diferentes tradiciones religiosas.
Saludo y agradezco, particularmente, a las personas que
se han empeñado más directamente en la organización de este importante evento.
Vivimos en un mundo plural, con múltiples manifestaciones
sobre todo en los ámbitos de la cultura, de la política, de la economía, de las
ciencias y de la religión. Esta realidad plural es factor de enriquecimiento
para la convivencia humana, un llamado a la interacción y a la solidaridad
global. Todos los pueblos viven hoy una interdependencia que posibilita el
intercambio de valores culturales, materiales y espirituales, comprometiendo a
todos en la construcción de un destino común de la humanidad en los horizontes
de la paz, la justicia y la comunión.
Las religiones tienen aquí un papel importante que
cumplir. Es propio de la religión establecer relaciones, crear vínculos, tender
puentes. El corazón de las religiones está formado por venas interconectadas
que se comunican, se unen, se integran. Ellas son generadoras de solidaridad,
fraternidad, compasión, justicia y paz.
En el actual contexto religioso plural, se identifica una
diversidad de cosmovisiones sagradas, una multiplicidad de orientaciones de
sentido donde “Dios”, “experiencia religiosa”, “mística”, “salvación”, expresan
contenidos y experiencias bien diversas. Esos diferentes universos religiosos
no pueden estar en competencia. No pueden ser ideologizados (cultural, política
y económicamente) y volverse un factor de tensiones y conflictos en la
sociedad. Las religiones están llamadas a vivir en un contexto de intercambio
de dones, que fortalece los proyectos de cooperación por el bien de la
humanidad y por la defensa de la creación.
En esta forma, como religiosos, tenemos el deber de poner
mucha atención a factores que pueden promover la desintegración de las
relaciones entre los pueblos. Las catástrofes naturales, en Haiti, Japón,
Filipinas y otros logares, el empobrecimiento y las guerras, intensifican el
fenómeno de la movilidad humana en muchas regiones del planeta.
La permanente búsqueda del desarrollo económico muchas
veces no respeta los derechos de los pueblos, por ejemplo, los derechos de los
indígenas, de los afrodescendientes y de las futuras generaciones, y los
derechos de la tierra, por consiguiente, la globalización económica no incluye
la “globalización de la solidaridad y de la justicia”. Las difíciles
situaciones sociales y ambientales en que viven grandes sectores de la
población mundial es consecuencia y también causa de múltiples tensiones en las
relaciones nacionales e internacionales.
¿Cuál es el papel de las religiones en este
contexto? ¿Qué podemos hacer juntos para aliviar los males que la humanidad y
la creación sufren en estos días? No se trata de dar recetas, mas permítanme
apuntar algunos caminos.
En primer lugar, es importante entender que religión y sociedad son realidades
que se reclaman mutuamente. Esa relación no siempre es pacífica, pero es
fundamental para que las religiones perciban el importante papel que deben
cumplir en la sociedad: promueven el ejercicio de la convivencia, la afirmación
de la libertad, la promoción de la dignidad del ser humano. Las religiones son
una instancia de sentido que garantiza la unión de las sociedades y de los
pueblos. En sintonía con el Concilio Vaticano II (1962-1965) de la Iglesia Católica, podemos decir que “las alegrías y las
esperanzas, las tristezas y las angustias” de los pueblos de nuestro tiempo,
son también (o deberían ser) alegrías, esperanzas, tristezas y angustias de las
religiones.
En segundo lugar, es fundamental ir hasta el corazón de
nuestras tradiciones religiosas, buscando juntos los elementos que construyen
los caminos de encuentro entre ellas, no para homogeneizar nuestras
diferencias, sino con miras a la construcción de una agenda común en la
promoción de la paz en el mundo, la defensa y promoción de la vida humana, el
cuidado con toda la creación.
En tercer lugar, es importante buscar nuevos horizontes
que podamos conquistar juntos en esta búsqueda de una sociedad más justa y
equitativa. Me gustaría sugerir algunos caminos.
. El camino antropológico: es
preciso fortalecer la religión en esa dimensión de firmación de lo humano. No
existe una religión sin humanismo. Todo humanismo que no tiene en cuenta la
religión corre el riesgo de frustrar los intentos de una vida feliz tan deseada
por todas las personas. El ser humano está llamado a una relación con lo
Trascendente, de modo que el valor de la religión está garantizado por el valor
de lo humano que ella promueve.
. El camino teológico-doctrinal: una
tradición religiosa se afirma en la comprensión que tiene de lo
Divino/Trascendente en su relación con lo humano/inmanente. Las tradiciones
religiosas, particularmente la mía, se propone como interpretación simbólica la
auto-manifestación del Trascendente en las situaciones concretas de la
existencia humana, buscando responder a los interrogantes más profundos del
hombre y de la mujer. De aquí surgen las diferentes doctrinas, ritos y símbolos
religiosos. Urge hoy día fortalecer el principio de la libertad religiosa en la
sociedad actual. Ese principio se fundamenta en la profundidad de la conciencia
que constituye la dignidad de cada persona. Para eso, debemos colocar nuestras
tradiciones a disposición unas de otras, en un encuentro que nos posibilite
atender, juntos, el universo religioso que ampara y fundamenta el universo
humano, social y cósmico.
. El camino
socio-ecológico: es preciso buscar la cooperación interreligiosa con miras a la
defensa y promoción de la vida humana y del planeta. Esto exige una mirada
común para lo humano y para la creación entera, buscando un acuerdo básico
sobre los fines y los valores comunes, así como sobre los medios para alcanzarlos.
Se trata de los valores que fortalecen la vida pública y desarrollan el cuidado
de toda la creación, valores como la justicia, la paz, el respeto, la
solidaridad, la libertad, la fraternidad, los derechos humanos y de la tierra.
Esos elementos tienen raíces y significados en nuestras diferentes religiones.
En la Iglesia Católica, el Papa Benedicto XVI, en la
Encíclica Caritas in Veritate, invitó al mundo entero a hacer una “alianza
entre el ser humano y el medio ambiente, que ha de ser reflejo del amor creador
de Dios, del cual procedemos y hacia el cual caminamos” (DCE 50). En este campo
hizo un llamado a los responsables internacionales para que todos actúen
conjuntamente y demuestren prontitud en la protección del entorno, de los
recursos y del clima, obrando siempre de buena fe, en el respeto de la ley y la
solidaridad con las regiones más ébiles del planeta.
Por su parte, el Papa Francisco, quien tomó el nombre del
patrono de la ecología, San Francisco de Asís, decía en el inicio de su
pontificado: “Sed custodios de los dones de Dios. Cuando el hombre falla en
esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los
hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido”.
Hago votos para que esta 9na Asamblea Mundial nos
conduzca a la realización de los propósitos que, a partir de la fe en Dios
creador y providente, se traduzcan en proyectos específicos de convivencia
social y ambiental que promuevan la calidad de vida de toda la humanidad y de
toda la creación. Una vez más agradezco a todos y a todas, la oportunidad que
me han brindado para vivir con ustedes esta experiencia de diálogo y convivencia
interreligiosa. Y si me permiten, confieso que esta experiencia me lleva a
soñar en la realización de un evento semejante en Brasil, que tiene las puertas
abiertas para acogerlos a todos ustedes.
Muchas gracias.
(9na Asamblea Mundial de Religiones por la Paz Viena, Austria, 20 al 22 de noviembre de 2013-http://www.religionsforpeaceinternational.org/sites/default/files/pubications/Damasceno%20Assis.%20speech.pdf)
Já não bastasse o envolvimento da seita revolucionária CNBB
com o movimento comunista latino-americano, os apóstatas apostam fichas altas
na aceleração do império do diabo na Terra, colaborando com a maldita
organização luciferina Religions for Peace, da instituição globalista ONU.
Raymundo Damasceno de Assis é o representante da seita no festim diabólico, já
acostumado com o trato direto com a organização narcoterrorista PT-Foro de São
Paulo.
A equipe da Rádio Vox levará ao público hoje e no próximos dias mais
informações sobre a participação do chefão sectário na organização que promove
o aborto, a redução populacional, e a instalação de uma ditadura
comuno-globalista, que é, acima de tudo, anticristã.
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Alex Pereira é apresentador na Rádio
Vox.
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